ESQUEL

Esquel es un lugar diferente. Una pequeña ciudad con sabor muy patagónico que gradualmente se abre al turismo.

Todo aquí es aún auténtico, dándole un sabor distinto al de las localidades cordilleranas de más al norte.

Está enclavada en un paisaje agreste, donde la estepa se confunde con las primeras manifestaciones del bosque, en la tierra del maitén y el calafate. Hacia el este, pegadas a la ciudad, se ven las cumbres rocosas que delimitan La Hoya, nuestro centro de ski. Hacia el sur, el imponente Nahuel Pan, un cerro colorado de más de dos mil metros de altura. Y hacia el oeste, se abre la maravilla rural del valle 16 de Octubre y el vecino Parque Nacional Los Alerces. Mas allá, sigue el camino por Río Grande hacia Chile, donde se puede tomar la Carretera Austral.

Aquí se entremezcla la historia de los pueblos mapuche y tehuelche con la de los bandoleros norteamericanos y la epopeya de los colonos galeses. Y también, la historia de aquellos pioneros que se establecieron con sus ovejas cuando la civilización aún no llegaba.

Si le agregamos la maravilla del trencito a vapor de trocha angosta que hoy hace su recorrido llevando turistas por la estepa patagónica, y el sensacional museo patrocinado por la familia Benetton en su estancia Leleque, el menú está completo. Esquel se merece una visita.


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