HOSTERIA

Todos nuestros dormitorios son amplios y tienen esa decoración especial, que hace que nuestros huéspedes se sientan “como en casa”, pero alojados como en un hotel de primera calidad.

La luz natural y el verde entra a mares por sus ventanas de vidrios dobles, y la madera de las vigas, la carpintería y los pisos les dan ese olorcito especial que se mezcla con los aromas de las tortas que Verónica hornea para el té.
Dos de las habitaciones se pueden combinar como un conjunto para cuatro a cinco personas con dos baños, con salida individual hacia el exterior.

Tenemos buenas camas, excelentes colchones y hermosos edredones para que descansen bien después de extenuarse todo el día en la nieve o con la caña de pescar (y también para dormir la siesta antes de subirse a La Trochita o conocer la historia de Butch Cassidy en el Museo del Molino en Trevelin).





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